¿Cómo dejar de pensar mucho en el futuro y empezar a crearlo en el presente?

Vivir en el futuro es perder la oportunidad de vivir el presente y disfrutarlo.

Cuando sentimos ansiedad por el futuro o estamos obsesionados con él, lo que realmente estamos haciendo es fantasear en cómo sería y sentirnos mal porque lo que estamos viviendo seguramente no se corresponde con aquello que soñamos.

Esto nos roba la oportunidad de construir y crear ese futuro que queremos en pequeñas acciones en el presente.

Porque no se trata de dejar de planificar ese futuro o dejar de tener metas, por el contrario, se trata de ser más estratégicos para que podamos avanzar liberando la presión que sentimos muchas veces por un futuro que todavía no ha llegado porque a veces sentimos que solamente seremos felices cuando seamos o tengamos aquello que queremos.

Lo que te ofrezco es un enfoque diferente para que te permitas vivir el presente tal y como es ahora mientras llegas a la meta a tu ritmo.

Con esto, estoy segura que podrás responder al dilema de cómo dejar de pensar mucho en el futuro y empezar a crearlo en el presente.

como-controlar-la-ansiedad-por-el-futuro

1. Menciona qué cosas de tu vida actual te satisfacen

Puede ser a viva voz, puede ser sentarte un rato a pensar conscientemente en ellas o puedes escribir una lista, sea como sea que lo hagas, es importante que traigas a tu mente esas cosas que tienes hoy que te hacen sonreír, que te hacen feliz, que agradeces y que te ha costado conseguir.

Una buena práctica que te puede ayudar mucho a hacer de esto un hábito es incluir la gratitud en tu vida y hacer journaling.

Y es que cuando estamos obsesionados con el futuro, cuando no dejamos de vivir en el futuro mentalmente, muchas veces lo que sucede es que estamos dando por sentado lo que tenemos en el ahora.

El presente se compone de cosas tan pequeñas en apariencia que pueden pasar desapercibidas, como nuestros hobbies, nuestra salud, nuestra familia, tener un techo en el que vivir, que no nos falte la comida, las amistades y relaciones que tenemos, una taza de café caliente, los atardeceres, poder ver un paisaje bonito por la ventana, pequeños momentos de diversión, las risas, en fin, esas cosas que pocas veces nos detenemos a apreciar por idealizar tanto un futuro que no ha llegado.

Este es uno de los trucos más poderosos que me han ayudado a disminuir la ansiedad por pensar en el futuro.

Te invito a empezar por aquí porque te ayudará a darte cuenta de cosas más complejas.

Por ejemplo, si hoy estás en un trabajo que no te gusta, soñando con el empleo ideal, puede que te despiertes amargada cada día que tienes que ir a trabajar, sin detenerte a pensar que quizá ese trabajo es tu vehículo para conseguir lo que quieres.

Ese trabajo te está dando experiencia, te está dando el sustento monetario para invertir en cosas que necesitas o puede que te esté mostrando lo que no quieres y lo que no vas a aceptar en el futuro.

Y es que no se trata de conformarse, no.

Se trata de aceptar lo que tienes hoy y resignificarlo para que sea más llevadero mientras construyes el futuro con el que sueñas.

Esto no lo digo en vano. Yo sé lo que se siente.

Cuando pasé por mi divorcio lo perdí todo, al punto de que mis trabajos como freelance no eran suficientes para pagar un lugar donde vivir y mis clientes habían desaparecido durante el verano.

Durante ese tiempo tuve que trabajar como recepcionista y por un buen tiempo sentí como si había retrocedido, y estaba tan inmersa en mi insatisfacción y en mi decepción que no podía ver lo afortunada que fui en encontrar ese trabajo que me ayudó a conseguir lo que necesitaba para volver a retomar mi sueño con más fuerza.

No fue sino hasta seis meses después de haber comenzado en ese trabajo que cambié el chip y me dije “por el tiempo que me toque estar aquí, voy a hacer que sea lo más llevadero posible. Voy a trabajar activamente por recuperar mi negocio y voy a dar lo mejor de mí aquí”.

Así que por un año y medio estuve combinando mi trabajo a tiempo completo como recepcionista con mi trabajo como life coach durante las noches y fines de semana, hasta que logré independizarme. Esto solo quería contártelo porque creo que es un ejemplo claro de lo infeliz que podemos ser cuando resentimos tanto nuestro presente simplemente porque -todavía- no es el futuro con el que soñamos.

2. Analiza opciones y oportunidades actuales

La verdadera pregunta aquí es: si tuvieras que forzarte a salir de tu zona de confort, ¿qué otras opciones y oportunidades surgirían para ti?

Si sientes ansiedad y/o preocupación por el futuro, es importante que te cuestiones esto porque te va a ayudar a tomar acción para construir poco a poco tu futuro desde tu posición actual y no desde lo que todavía no tienes.

En ocasiones, queremos cosas en nuestra vida pero pareciera que realmente no estamos dispuestos a darlo todo para llegar a ellas.

Por ejemplo, siempre he escuchado a personas decir que quieren aprender a hablar inglés pero ponen mil excusas para dar ese primer paso y estudiar.

A veces la excusa es: “si yo tuviera el dinero para matricularme en una academia e ir tres veces a la semana, al menos, aprendería rapidísimo”.

Y así seguimos dejando pasar el tiempo pero, ¿qué pasa si te comprometes a tomar esos tres días y tomar lecciones de inglés en Youtube, por ejemplo?

Pero las excusas nos hacen sentir bien momentáneamente ante ese miedo al futuro porque nos da la ilusión de que todavía tenemos tiempo y que si no lo hemos hecho aún, no es por nosotros sino por agentes externos.

Entonces, ¿qué tan dispuesta estás a salir de tu zona de confort y a esforzarte por construir el futuro en que quieres vivir?

3. Reflexiona sobre lo que has estado evadiendo

¿Hay una decisión que has estado evadiendo?

La indecisión nos puede hacer perder mucho más tiempo de lo que creemos.

A veces estamos muy cómodos en el círculo vicioso de vivir pensando en el futuro sin hacer nada en nuestro presente para conseguirlo.

Y aunque pienses ahora “Solvy, eso es imposible”, la verdad es que es más común de lo que crees.

¿Por qué? Porque para ir hacia ese futuro con el que tanto sueñas hay que tomar decisiones, decisiones que pueden ser incómodas o que nos dan miedo y que por eso vamos aplazando una y otra vez.

También puede pasar que estemos aplazando esa acción o decisión porque hay demasiadas opciones en el horizonte, todas parecen correctas o todas pueden tener consecuencias con las cuales no queremos lidiar.

En cualquier caso, esto no es más que miedo al fracaso, uno de los miedos más comunes, y para esto yo siempre le pregunto a mis clientes de coaching: si te supieras que las dos opciones que tienes frente a ti van a salir bien ¿cuál escogerías?

Creo que es una manera diferente de ver la situación porque a menudo pensamos en qué es lo peor que podría pasar y nos paralizamos por el miedo pero cuando piensas en que las cosas pueden salir bien, entonces algo dentro de ti siente más confianza para decidir y finalmente saldrá tu voz interior a decirte qué es lo que realmente quieres hacer. 

Esta claridad te va a permitir vivir el presente construyendo el futuro que quieres.

vivir-el-presente-sin-pensar-en-el-futuro

4. Examina qué comportamientos están frenando tu proceso

Parece mentira pero a veces nosotros mismos somos como nuestro propio obstáculo a la hora de crear el futuro que queremos.

Y es que el conjunto de pasos y decisiones que tomamos día a día, por pequeños que sean, son cruciales y nos permiten encaminarnos a la dirección que queremos.

El cambio no sucede de golpe.

El futuro con el que sueñas no se va a presentar de repente.

El avance diario es lo que lo va creando.

Entonces es importante que hagas una revisión de tus comportamientos diarios que podrían estarte frenando de vivir plenamente el presente y construir el futuro de tus sueños.

Algunas cosas, además de las que hemos repasado hasta ahora, pueden ser:

  • Enfocarte demasiado en complacer y ayudar a terceros.

  • Rodearte de personas que no te están aportando nada positivo.

  • Idealizar el futuro sin un plan de acción.

  • Invertir demasiado tiempo en acciones y hábitos que no te están sumando nada.

  • Querer que tu vida se vea como la de alguien más.

  • Centrarte demasiado en lo negativo.

No necesariamente tienes que dejar de pensar en el futuro, lo que puedes hacer es pensar en él de otra manera, haciendo una revisión de tu plan y analizando qué comportamientos o situaciones te están alejando de él.

Esto te ayudará a dejar de vivir en el futuro de una manera obsesiva y hasta imaginaria y centrar tu energía en cambiar aquello que sí puedes cambiar ahora.

Comienza a trabajar en esto paso a paso, sin apuros, porque la prisa también es otra cosa que podría estarte frenando.

No se trata de ir más rápido sino de ser constante en el camino.

5. Considera qué harías hoy si no te importara la opinión de los demás

Poner demasiado peso a la opinión de los demás es un gran factor que frena la acción y hace que el futuro que queremos solo viva en nuestra mente.

Si por un momento alguien te pudiera asegurar que absolutamente nadie te va a juzgar hagas lo que hagas, entonces seguramente te atreverías a hacer muchísimas cosas que te darán más paz, que disfrutarás más y que, además, te acercarán a ese futuro con el que tanto sueñas.

Entonces, ¿qué son esas cosas que harías?

Piensa en ellas, ponles nombre y, sobre todo, considera que el miedo a la opinión de los demás es algo que debes empezar a trabajar cuanto antes para poder avanzar.

Por ejemplo, si sabes que estarías más feliz fuera de esa relación tóxica que hoy te atormenta pero te preocupa lo que dirán los demás si te divorcias, si quieres dejar tu carrera y empezar ese emprendimiento o reinventarte pero te da miedo que los demás te juzguen, si quieres cambiarte de carrera pero te da miedo que piensen que no fuiste lo suficientemente valiente para seguir, entonces el peso de la opinión de los demás te está frenando de vivir una vida más feliz y más plena.

¿De verdad quieres darle ese poder a los demás?

No lo creo.

Sé también que no es tan fácil como parece y que no sucede de la noche a la mañana.

Pero empezar a cuestionarlo es un gran paso, también considero que estos 10 pasos para quitarle importancia a lo que los demás piensan de mí te pueden ayudar, pero, sobre todo, estoy segura de que un poco de guía será muy importante en este caso porque yo misma he visto la transformación de mis clientes en cada una de nuestras sesiones de coaching personalizado.

Claro que se siente bien que los demás aprueben nuestras decisiones y que nos apoyen, especialmente la gente que nos importa más, como nuestros familiares y amigos más cercanos.

Pero solo tú sabes verdaderamente lo que hay dentro de ti, lo que eres capaz de hacer y lo que realmente te va a hacer sentir feliz y satisfecha.

Permítete demostrarte a ti misma que sí puedes construir ese futuro.

Anterior
Anterior

6 señales para saber si estoy saturada mentalmente y qué hacer al respecto

Siguiente
Siguiente

¿Cómo salir de una relación intermitente?