Sentimiento de culpa: ¿cómo superarlo?

¿Te has encontrado dándole vueltas a la misma escena una y otra vez, sintiendo un nudo en la garganta o en el estómago cada vez que piensas en “eso” que pasó?

¿Has pensado en mil escenas donde pudieras haber hecho las cosas diferente?

Así se manifiesta el sentimiento de culpa y todos hemos sido víctimas de esta horrible sensación, ya sea por errores muy pequeñitos como por otros más grandes, así como por cosas que realmente fueron un error y por otras que no lo son y que solo nos atormentan por lo que otros puedan pensar.

Si te sientes identificada con esto, lo que sigue es para ti porque en las siguientes líneas vas a entender un poco más de qué se trata el sentimiento de culpa y cómo superarlo.

sentimiento-de-culpa-y-verguenza

¿Qué es el sentimiento de culpa?

¿A qué llamamos sentimiento de culpa? Pues, a ese malestar o mortificación que sentimos inmediatamente después de hacer o decir algo que creemos que pueda ser reprochable, criticable o no bien visto por otros.

Normalmente sentimos una necesidad inconsciente de castigo, es decir, por hacer esto, debo encerrarme en casa, debo trabajar el doble, debo hacer lo que sea que esa persona me pida -aunque no quiera o no pueda-, debo entrenar más y, como estos, muchos otros ejemplos.

Las dos caras de la culpa

La culpa te puede llevar a la acción o a la inacción.

Tú decides cuál de las dos caras de la culpa tomar.

El sentimiento de culpa puede hacerte sentir responsable de ciertas acciones y, desde la empatía, de pensar en cómo se siente el otro y cómo pudiste afectarle, pensar en qué hacer para reparar el daño o al menos dar la cara para disculparte y para brindar una explicación, si es que existe la posibilidad de hacerlo, así como nos puede llevar a analizar qué hicimos mal y cómo hacerlo diferente la próxima vez que se nos presente una situación familiar.

Pero la culpa normalmente se asocia a su cara negativa.

Y es que, de hecho, lo más común es quedarse en el sentimiento de culpa y vergüenza, repasando en nuestra cabeza una y otra vez lo que pasó y experimentando otras emociones como la rabia y la tristeza por haber fallado.

Cuando esto se hace obsesivo puede ser peligroso porque atenta contra nuestra autoestima y, en estos casos, entra a escena la ansiedad y la necesidad de castigarnos de cierta forma por lo que hemos hecho.

¿Cómo superar el sentimiento de culpa?

1. Identificar qué está generando ese sentimiento de culpa

Y aquí no me refiero a la acción en sí.

Eso seguramente ya lo tienes claro y se repite mil veces en tu cerebro.

A lo que me refiero es que identifiques si esa sensación de culpabilidad tiene que ver directamente con tus valores o lo que crees y piensas que los demás esperan de ti.

Porque muchas veces esa sensación de culpabilidad no está ligada a tus creencias porque puede pasar que lo que hiciste lo hiciste porque lo querías y lo necesitabas, pero crees que otras personas van a pensar mal de ti.

Por ejemplo, muchas madres sienten mucha culpa de salir a divertirse con sus amigas o a cortarse el pelo o a hacerse un masaje, cuando saben que lo necesitan, y están dejando a sus hijos con su papá, con su abuela o con alguien calificado para cuidarles por un rato.

Y este sentimiento de culpa no viene por estar haciendo algo malo sino por creer que sus hijos se pueden sentir abandonados, por pensar que otros van a creer que es una mala madre y por muchas otros factores que están ligados más a lo que se “supone” que debes hacer o a lo que “se espera de ti” y no a si realmente estás haciendo algo mal.

2. Ponle nombre a tus emociones y exprésalas

Con la culpa llegan otras emociones como la rabia, la tristeza, las frustración o el miedo.

Es importante que detectes cuáles son esas emociones que estás experimentando, que las reconozcas y que las liberes.

La manera de liberar tus emociones puede ser hablándolas con una persona de tu entera confianza, como tu pareja, un amigo o cualquier persona con la que no te sientas juzgada.

Puedes también escribir lo que sientes, puedes liberarlas con ejercicio físico (esto es especialmente potente con la rabia), también puedes dibujar, gritar o llorar.

Recuerda que se trata de soltar.

LEER TAMBIÉN ¿Cómo recuperar la calma cuando todo sale mal? 5 herramientas para volver a ti.

3. Perdónate

No es momento de hablarnos o tratarnos mal.

Es hora de ser amable contigo y entender que lo que hiciste, lo hiciste de buena voluntad y haciendo lo que creías que era mejor.

Hiciste lo que pudiste con lo que sabías y las herramientas que tenías en ese momento.

Y una vez entiendas esto, es cuando podrás ser capaz de perdonarte a ti misma y abrazarte.

Una idea muy sencilla es hacerte una carta.

En esta carta le vas a escribir a tu yo de hace unas horas, días o años atrás; a tu yo que hizo eso por lo que hoy sientes culpa.

No se trata de rememorar lo que pasó sino de decirle que entiendes cómo se siente, que sabes que lo que hizo fue pensando que era lo correcto y que tú la vas a proteger y la vas a cuidar.

Porque esto que estás haciendo al querer deshacerte de ese sentimiento de culpa que te persigue es hacerte cargo de ti y cuidar de ti.

Y te lo mereces.

LEER TAMBIÉN 7 herramientas eficaces para lidiar con pensamientos negativos e intrusivos.

4. Analiza los hechos y tu cuota de responsabilidad

Tú más que nadie sabe muy bien lo que pasó, pero hoy te invito a volver a ello desde una forma más analítica y no desde el dolor.

La idea de volver a este momento es para que analices cuál fue tu cuota de responsabilidad para poder aprender y ver con más claridad aquellas cosas que puedes hacer diferentes la próxima vez que te suceda algo parecido.

Es importante que hagamos esto porque es la oportunidad de crecimiento que nos trae esta situación, es el “para qué” de todo lo que estás viviendo.

No se trata de pensar en “hubiera” porque ya pasó y no hay nada que puedas hacer diferente para modificar ese hecho, se trata de pensar en “la próxima vez haré”.

5. Hazte cargo

Si hay algo que necesites hacer para responsabilizarte de tus actos, hazlo.

Nunca es tarde.

Pide disculpas o haz aquello que esté en tus manos para enmendar el error.

Hablo un poco más sobre esto en este artículo: 3 consejos infalibles para cerrar ciclos DEFINITIVAMENTE.

Siempre toma en cuenta que castigarte no va ayudar en nada, solamente te hará sentir peor.

Así que por favor olvídate de dejar de hacer lo que te gusta, de quedarte sufriendo, de alejarte de quienes quieres; nada de esto va a enmendar el daño y, por el contrario, te hará más daño a ti misma.

6. Busca ayuda

Depende de la gravedad del asunto, el sentimiento de culpa puede ser más complejo y se puede vivir con mayor intensidad.

Incluso a veces no tenemos las herramientas o no sabemos cómo echar mano de ellas.

Si este es tu caso y la culpa te está afectando más de lo que eres capaz de admitir, lo más valiente que puedes hacer por ti es buscar ayuda.

Ayuda de tu entorno, de un entorno saludable que no te juzgue, pero sobre todo ayuda profesional.

En mi caso, he tenido la oportunidad de acompañar a muchas personas a superar el sentimiento de culpa al terminar una relación que no les estaba haciendo bien o en muchos otros aspectos de la vida pero, sobre todo, a mejorar el diálogo interno, a fortalecer la relación que tienen con ellos mismos y a encontrar en esta situación todas las herramientas que la vida les está dando.

Si quieres que te acompañe también a ti en tu proceso personal, no dudes en contactar conmigo para que veamos cuál de mis programas de coaching online puede ayudarte.

Anterior
Anterior

7 claves para reinventarse a sí misma

Siguiente
Siguiente

6 características de una buena amistad: ¿Cómo tener una amistad saludable?