¿Cómo evitar y superar la dependencia emocional en pareja?

Aunque la dependencia emocional puede ser con nuestra madre o con amigos o amigas, la verdad es que la más común es con nuestras parejas y es peligrosa porque normalmente se confunde con amor.

En nombre del amor se pueden validar comportamientos que no son sanos para nosotros y es por eso es bueno hacer un análisis de desde dónde estamos actuando y aprender a reconocer cuál es la diferencia entre amor y dependencia emocional.

Lo primero que te invito a preguntarte es: ¿mi felicidad depende de otra persona?

Porque si sientes que es así, que tu felicidad es inestable y está estrictamente vinculada a las acciones, palabras, comportamientos y sentimientos del otro, entonces muy probablemente te estás desdibujando en esta relación.

A continuación, comparto contigo 4 red flags para identificar si estás en una relación de dependencia y, por supuesto, cómo evitar y superar la dependencia emocional en pareja.

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¿Qué es la dependencia emocional en la pareja?

La dependencia emocional, según la psicología, es un rasgo de personalidad pero, en un grado alto, se puede hablar ya de un trastorno.

Al final, es un problema psicológico donde la persona en cuestión termina desarrollando una especie de adicción hacia otra persona que normalmente es su pareja.

Lejos de ser algo positivo para la relación y para ti misma, lo que hace es afianzar la baja autoestima y hacer que toda tu vida gire en torno a otra persona; a sus necesidades, su estado de ánimo y acciones.

Por lo general, el resultado es una relación insana, inestable, tormentosa y tóxica.

Definitivamente no queremos eso y lo primero que debemos empezar por reconocer es que la responsabilidad de nuestra felicidad depende únicamente de nosotras mismas.

¿Cómo sé si dependo emocionalmente de mi pareja?

Son muchas las variables, las características y comportamientos que puede haber en una relación de dependencia emocional con tu pareja.

Sin embargo, hay unos rasgos claves que nos pueden servir de alarma o de red flag para poder reconocer que no te estás relacionando de forma saludable:

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1. Necesitas toda la atención

A veces es muy difícil reconocer que necesitas toda la atención de tu pareja para estar bien y para sentirte amada, pero puedes reconocerlo cuando están en una fiesta, en una reunión o en cualquier situación social y tomas como un peligro las interacciones sociales de tu pareja.

Claro, no estoy diciendo que si tu pareja está coqueteando con alguien no te puedas sentir incómoda. 

Me refiero a que cuando uno está en una relación de dependencia, cualquier conversación, interacción o conexión que tenga nuestra pareja con otra persona donde le veamos a gusto entonces ya se siente como una amenaza.

2. No se respeta el espacio personal

Una de las cosas que más cuesta poner en práctica en una relación es respetar y estar cómodos con el espacio personal de nuestra pareja, incluso en una relación completamente sana.

Pero cuando se trata de una relación de dependencia, que tu pareja no esté físicamente contigo se vive peor.

Necesitas saber dónde, cuándo, con quién está, qué hace exactamente, ¿por qué no te llama? ¿Por qué no te responde los mensajes? ¿Habrán publicado algo los amigos? ¿Por qué no pone nada en sus redes? ¿Está ocultando algo? ¿Quién es esa persona de la foto? ¿Cuándo vuelve? ¿Y si no vuelve? ¿Cuándo lo voy a poder ver de nuevo?

Estas preguntas, pensamientos y necesidad de información se dan todos a la vez y de manera obsesiva.

Los expertos lo definen como que el sentimiento de satisfacción de una persona depende de la presencia de la otra.

3. Te da miedo expresar tu opinión real

En una relación de dependencia una de los miedos más comunes es estar en desacuerdo, que esa persona nos invalide y nos rechace.

Y al final terminas haciendo lo que esa persona quiere o aceptando las cosas que esa persona dice por miedo a expresar tu opinión real.

En este punto, crees que tu opinión es tonta, inválida o irrelevante y que es mejor como tu pareja ve las cosas, así que no expresas tu opinión en temas delicados como sobre la sociedad, familia, política o forma de ver la vida en general porque sientes que esa persona te va a rechazar o ya no te va a ver como la persona ideal.

4. Miedo a que se acabe la relación

No me malinterpretes, claro que si tenemos una relación con alguien que amamos no queremos que se acabe.

Pero eso es muy diferente a vivir la relación con el miedo constante de que se acabe porque eso nos hace actuar desde el miedo.

Entonces cualquier cosa se convierte en una señal de que se puede acabar mañana o de que esa persona te está queriendo menos y quieres asegurarte a toda costa que sí te quiere.

Y en este punto podemos llegar a absorber a la otra persona, a asfixiarle y pedirle que nos de constante muestras de amor, que nos diga que nos ama una y otra vez a preguntarle si te quiere, si no está molesto contigo, si te quiere menos o te quiere más y todas estas cosas que deberían suceder de forma natural y espontánea en una relación.

¿Cómo superar la dependencia emocional?

Si bien el apego y dependencia emocional pueden estar relacionados de cierta forma porque muchas veces el apego que desarrollamos en la niñez nos condiciona a generar esa dependencia con nuestras parejas, la verdad es que la baja autoestima y el escaso amor propio son dos ingredientes potentes que nos ponen a merced de una relación de dependencia emocional.

Entonces, ¿qué debo hacer para superar la dependencia emocional?

  • Dale espacio a la comunicación: compartir ideas y opiniones, aunque no estén 100% de acuerdo, lejos de ser una amenaza es una oportunidad maravillosa de conectar desde una manera más profunda y conocerse mucho más.

  • Prioriza tu tiempo a solas: no veas el espacio personal como algo que te va a alejar de tu pareja, propicia tú actividades tú sola o con tus amigas o familia, búscalos y comparte con ellos experiencias que luego seguro te van a dar ganas de contarle a tu pareja y de reírse juntos viendo las fotos o los videos de lo que hiciste con ellos.

  • Acepta que no estás en control de la otra persona: es importante que entendamos que jamás vamos a poder controlar lo que la otra persona piensa o siente y que solo puedes controlar o manejar asertivamente lo que tú estás viviendo y cómo lo estás viviendo. Por eso busca nutrirte, aprender cosas nuevas, conocerte más y ser tu mejor versión para ti misma.

  • Impulsa a tu pareja: la evolución y el crecimiento de la persona que amas no es una amenaza. Como parejas, es bonito estar al lado de la otra persona e impulsarla a ser mejor. No hace falta estar detrás de esa persona, muchas veces el ejemplo que damos es el mejor impulso que podemos darle a la otra persona. Busca crecer, hacer más de lo que amas y no sientas miedo porque tu pareja también lo haga. Todo esto es beneficio mutuo.

  • Fortalece tu autoestima y amor propio: cuando nunca lo hemos hecho o nos hemos desdibujado mucho dentro de una relación de dependencia con otra persona, es más difícil poder hacerlo pero nunca es tarde. En este artículo te comparto 6 formas REALISTAS de practicar el amor propio pero también te quiero invitar a que te abras a recibir ayuda especializada para fortalecer y priorizar la relación más importante: la que tienes contigo misma. Yo, por mi parte, pongo a la orden mi experiencia y conocimientos para acompañarte en este proceso de forma personalizada con mis programas de coaching online. Si estás lista, te invito a contactarme para que empieces este camino de satisfacción personal que estoy segura que te encantará como a todas estas personas que han dado su testimonio.

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