¿Cómo aprender a meditar? 4 formas sencillas de meditación
A veces la meditación parece tan lejana, parece un don que unos pocos tienen.
Es como si unas pocas personas elevadas tuvieran el secreto de cómo dejar de pensar y vivir en un estado de calma absoluto.
Y creo que precisamente esta idealización es lo que nos ha hecho pensar que estamos incapacitados para meditar, pero nada más lejos de la realidad.
Meditar no es estar siempre en calma sino que meditar nos permite encontrar espacios de calma en nuestra vida y nos hace centrar el foco en el momento presente.
Hay muchas maneras de hacerlo y siempre puedes encontrar una forma que se adapte a tu realidad y a tu día a día.
Meditar es un regalo que nos hacemos y, para mí, una de las prácticas más importantes de mi autocuidado.
Si te has estado preguntando cómo aprender a meditar, estoy segura de que este artículo te puede ayudar mucho a encontrar la respuesta.
¿Qué es la meditación?
No es una práctica reciente ni una moda, la meditación se ha venido practicando desde hace millones de años.
Lo que no podemos negar es que se ha popularizado muchísimo en los últimos años, pero ¿por qué?
La meditación es una técnica muy efectiva de relajamiento y reducción del estrés.
Es lógico entonces que en el mundo tan agitado que vivimos, una herramienta como esta pueda producir tanto furor.
Y es que la meditación puede producir un estado de relajamiento profundo, de manera que nuestra mente consigue estar tranquila y reducir el flujo de pensamientos que nos azotan a diario.
La meditación como la conocemos hoy tiene su origen en religiones asiáticas, pero la realidad es que actualmente esta práctica ha trascendido religiones y culturas y cada vez hay más personas que lo practican o que, al menos, lo están intentado.
Como seguramente tú quieres hacerlo.
Beneficios de meditar
Son muchísimos los beneficios de la meditación, y aunque no es donde me quiero concentrar hoy porque seguramente habrás escuchado mucho sobre esto, quería traer a colación un par de beneficios importantes para que tengas presente el impacto positivo que tiene esta práctica en tu vida que solo te tomará un par de minutos de tu rutina diaria:
Mejora de la salud emocional y aumento de la felicidad.
Aumento de la conciencia personal.
Ayuda a generar soluciones creativas a nuestros problemas.
Mejora la calidad del sueño.
Desarrollo de la inteligencia emocional y la empatía.
Alivio del estrés.
Alivio de la ansiedad y la depresión.
Mejora de la memoria.
Reducción de la presión sanguínea.
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¿Cómo aprender a meditar desde cero?
En algunas de mis sesiones de coaching suelo acompañar a mis clientes a hacer meditaciones guiadas que les ayuden a calmar la mente y a entrar en un estado donde puedan ver las cosas con más claridad.
Lo que me llama la atención es cómo todavía se cree que la meditación consiste únicamente en sentarse en un lugar solitario, con las piernas cruzadas y no pensar en nada.
Si lo ves así, seguramente has pensado o que no es para ti o que no puedes hacerlo.
Y no, meditar no es dejar la mente en blanco.
Meditar se ve más como la sensación de que estamos en una autopista y nuestros pensamientos son carros que van pasando.
Si lo vemos así, los pensamientos irán pasando uno a uno sin que te enganches en alguno.
Los miras pasar, sin juzgar, sin cuestionar, sin distraerte y desde la consciencia.
Y aquí es cuando la mayoría piensa que lo está haciendo mal porque da la sensación de que estás pensando más que antes pero la verdad es que esos pensamientos ya estaban ahí, solo que ahora eres consciente de que están ahí.
Pasos para aprender a meditar
Para aprender a meditar creo que el paso principal es estar abiertos a esta práctica y no juzgarnos en el proceso.
Pero, en general, considero que la meditación tiene dos pasos:
Observar la mente: en esta etapa tomamos consciencia de que tenemos miles de pensamientos que normalmente están enfocados en cosas que pasaron o que pasarán.
Regresar al ahora: partiendo de lo anterior, es momento de volver al ahora a través de nuestros sentidos, sintiendo nuestra respiración y concentrándote en las sensaciones que percibes ahora.
Formas de meditar
Sí, hay varias formas de meditar y es aquí cuando descubres que la meditación sí es para ti, solo debes encontrar la mejor forma de iniciarte en esta actividad tan enriquecedora para tu salud mental.
1. Meditación guiada
Para mí, esta es la mejor manera de iniciarse en la meditación porque no estás sola en el proceso sino que, como el nombre lo indica, tienes a alguien que te guía a través de su voz e instrucciones que te llevan a un estado meditativo.
Esta es la forma que uso en algunas sesiones con mis clientes y he visto cómo funciona especialmente para trabajar aspectos más difíciles como pueden ser desde la misma relajación hasta el perdón o la detección de pensamientos limitantes.
Puedes conseguir meditaciones guiadas en aplicaciones como Headspace.
2. Meditación de atención plena
Fue creada y desarrollada en Occidente, por el doctor Jon Kabat Zinn, como método para reducir el estrés.
No es de extrañarse que sea uno de los tipos de meditación más practicados, especialmente en este lado del mundo.
Se le conoce también como mindfulness y puede practicarse de dos maneras:
El mindfulness formal se trata de meditar observando todo lo que sucede dentro y fuera de ti. Es decir, con los ojos abiertos y adoptando una actitud observadora.
El mindfulness informal son ejercicios, como escaneo corporal, que puedes poner en práctica en cualquier momento de tu día a día, por ejemplo cuando friegas, sales a caminar o incluso cuando te estás bañando.
3. Meditación de enfoque en un solo punto
El nombre lo dice todo, y es que aquí lo que se trata es que busques un objeto en el cual concentrar tu atención.
Los budistas suelen llamarla “samatha” que se traduce como “tranquilidad o calma mental” y utilizan esta técnica para anclar la mente en ese objeto, tangible o intangible, que normalmente suele ser la llama de una vela, la respiración o los sentidos de tu cuerpo.
Pero puede ser literalmente cualquier cosa: una planta, el pomo de una puerta, un cuadro, lo que tengas a la vista.
Si has escogido un objeto tangible, entonces puedes empezar observando sus colores o analizando su forma.
Mientras vayas avanzando, encontrarás que puedes retener más la atención y que las distracciones son cada vez más breves y menos frecuentes.
4. Meditación dinámica
Hay muchísima gente que se considera incapaz de quedarse quieta. Si es tu caso, tampoco tienes que hacerlo.
Puedes meditar en movimiento.
El baile, por ejemplo, es una poderosa forma de meditar siempre que te concentres en tus movimientos, en cómo se siente tu cuerpo mientras te mueves, en la respiración o en el compás de la música.
En algunas culturas se hacen coreografías y movimientos específicos para meditar, algunas de las danzas meditativas más populares son la danza trance o el baile de los cinco ritmos.
Bailar puede ser muy poderoso para liberar el estrés o la energía retenida que sientes cuando dices “estoy como eléctrica”.
Pero no hace falta bailar en el medio de la sala si no lo disfrutas, puedes practicar la meditación dinámica solamente con llevar la atención a tus actos del día a día, como al comer, donde puedes reconocer los sabores, texturas y sensaciones de la comida, así como repasar uno a uno los movimientos que haces con tu boca.
Sea cual sea la forma de meditación que más te llamó la atención, te invito a intentarlo y a tratar de incluirlo de a poco en tu vida.
Recuerda que es importante tenernos paciencia y compasión en todos los procesos de nuestra vida.
No podemos iniciarnos en una actividad, sea cual sea, esperando que nos salga a la primera.
Tener el interés, investigar al respecto e intentarlo, son pasos que tienen mucho mérito y que son necesarios para hacer de la meditación un hábito a integrar en nuestra vida para recibir todos los beneficios que nos puede dar.
Te invito a que compartas conmigo cuál de estas formas has intentado, cuál probarías o qué otras conoces.