¿Qué es y cómo sanar el trauma transgeneracional? 4 claves que te ayudarán
¿Es posible que el trauma que vivieron mis generaciones pasadas esté afectando mi vida actual incluso cuando son hechos que desconozco?
Respuesta corta: ¡SÍ!
Numerosos estudios revelan que hay una gran relación entre comportamientos y conductas que tenemos hoy, que están impactando negativamente nuestras vidas, y vivencias traumáticas de nuestros antepasados.
Para comprender mejor esto, a continuación te cuento qué es y cómo sanar el trauma transgeneracional.
Trauma transgeneracional: ¿qué es?
Antes de adentrarnos más en este tema vamos a dar respuesta a la pregunta básica: ¿qué es el trauma transgeneracional?
Pues, esto se refiere a la transferencia de una generación a otra del impacto o el dolor físico, emocional o social.
Se le llama también trauma intergeneracional y no es algo que me estoy inventado o que acaban de descubrir, de hecho, es un fenómeno que se empezó a estudiar después de la Segunda Guerra Mundial.
En estos estudios se comprobó cómo este hecho había afectado no solo a sus sobrevivientes sino también a sus generaciones posteriores, quienes sufrían de pesadillas, problemas afectivos y de conducta que evidentemente afectaban su vida y sus interacciones.
Pero, claro, la Segunda Guerra Mundial se ve un poco lejos, así que para que lo veamos un poco más de cerquita, estas son algunas de las situaciones pasadas que marcaron a nuestros predecesores y que moldearon nuestra generación:
Regímenes militares de la década de los 70’s en Paraguay, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.
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¿Cómo me puede afectar el trauma transgeneracional?
Yo sé que escuchar un término que parece tan complejo como este, puede causar la sensación de que no tiene nada que ver con nosotros.
Sin embargo, la verdad es que es algo que nos atañe a casi todos porque todos los seres humanos estamos lidiando con episodios traumáticos desde nuestro nacimiento e incluso antes de él, que es de lo que se trata el trauma transgeneracional.
Peter Loewenberg, psico-historiador y profesor de la Universidad de California, es uno de los mayores expertos en el estudio de los traumas transgeneracionales y en muchos de sus estudios, ponencias y entrevistas explica que los duelos y hechos traumáticos no afrontados impactan en las siguientes generaciones de muchas formas, que va más allá del impacto emocional o mental.
Por ejemplo, los niveles elevados de cortisol en sangre durante la gestación afectan al propio desarrollo del feto.
La psicobióloga BeaVan Den Bergh, demostró que experimentar altos niveles de estrés y ansiedad durante este periodo puede programar, de cierta forma, a algunos sistemas biológicos del feto, lo que puede predisponerlo a sufrir diversas enfermedades y trastornos emocionales.
Por su parte, otros estudios sugieren que un duelo no afrontado o un trauma no gestionado suelen causar una especie de cortocircuito neuronal que es capaz de alterar nuestro ADN, de manera que nuestros descendientes experimentan una especie de espiral inconsciente donde quedan atados a ese trauma original que ni siquiera vivieron en carne propia.
La Dra. Isabel Gómez-Bassols, psicóloga y escritora, explica que los síntomas de un trauma transgeneracional pueden percibirse en todos o varios miembros de la familia y pueden ser los siguientes:
Dificultad para concentrarse, incluso con actividades simples y cotidianas.
Alteraciones en el ritmo cotidiano.
Irritabilidad.
Ansiedad y nerviosismo.
Estados de alerta y tensión.
Respuestas exageradas ante cualquier estímulo.
Temor incluso ante situaciones normales.
Sensación de culpa constante.
Desórdenes alimenticios, tanto sobrepeso como bulimia o anorexia.
Sobre todo dificultad para establecer relaciones, especialmente afectivas.
Y es que, además, estos traumas suelen moldear la forma en la que nos relacionamos con nuestros familiares, las formas de mostrar afecto, el tipo de comunicación que tenemos y más.
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¿Cómo sanar traumas transgeneracionales?
Los también conocidos como traumas ancestrales necesitan pasar por una primera etapa: detección.
Una vez que te das cuenta de que esto te está afectando y empiezas a detectar de dónde viene y cómo te afecta, entonces podemos empezar a pensar en sanarlos.
Es importante que tengas en mente que no se trata de echarle en cara nada a nadie, se trata, por el contrario, de comprender mejor las dinámicas familiares y tener mayor compasión con ellos y con nosotros mismos.
1. Intenta entender mejor el contexto
Es importante que te acerques a tu familia, a aquellos miembros con quienes puedas hablar, que te puedan ayudar a entender mejor tus orígenes, un poco de la historia familiar y a entender mejor en contexto en el que se desarrollaron tus antepasados.
Si no es posible hablar con ningún familiar que te pueda dar esta información, puedes hacer tú misma el ejercicio de atar cabos, de investigar e incluso de pensar en aquellos hechos o situaciones que marcaron tu niñez, adolescencia y juventud.
Con esto en mano, seguramente podrás entender mejor qué situaciones en particular te afectaron y ser más consciente de la interacción familiar.
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2. Busca ayuda profesional
Contextualizar nos va a ayudar a entender muchísimas cosas, pero es importante que pasemos a la acción y esto muchas veces será posible solamente con ayuda profesional.
Es importante aceptar y ser conscientes de que no tenemos el conocimiento necesario para abordar una situación como esta y para saber exactamente cómo podemos manejar este tipo de trauma.
Ahí es donde radica la importancia de tener una guía profesional calificada para lidiar con estos síntomas y para trabajar el impacto que el trauma transgeneracional ha tenido en nuestras vidas.
3. Adquiere herramientas
Como life coach, estoy capacitada para darte muchas herramientas muy necesarias para poder cambiar la forma en la que te ves a ti misma, en la que ves a tu familia y en la que te relacionas con las personas en tu vida.
Recuerda que estos son procesos que requieren mucha paciencia, empatía y compasión.
Recuerda también que estos traumas han estado presentes en tu vida desde hace mucho, incluso desde antes que nacieras, y no es posible cambiar TODO su impacto de la noche a la mañana.
Date el tiempo para iniciar tu proceso pero, sobre todo, celebra que estás en ello y que estás haciendo lo mejor que puedes hoy.
4. Internaliza que TÚ tienes el poder de cambiar tu realidad
Es importante que tomes el control de tu vida, que te sepas poderosa, que sepas que TÚ puedes cambiar el curso de tu vida y que nada está escrito sobre piedra.
No porque estos traumas tienen años en tu familia, significa que siempre va a ser así.
Los pasos que estás dando hoy son IMPORTANTÍSIMOS porque van a mejorar tu vida y van a impactar positivamente en las generaciones futuras.
Las herramientas y conocimientos que estás adquiriendo hoy te permiten sentar las bases para generar una relación más sana contigo, con tu entorno y para tomar mejores decisiones.
Recuerda que sanar requiere MUCHO coraje y, si estás leyendo esto, es porque has decidido hacerlo.