¿Cuáles son los tipos de apego emocional?: Descubre el tuyo según tu crianza

A veces ni nosotros mismos entendemos por qué actuamos de cierta forma o por qué nos cuesta confiar en alguien.

También nos ha tocado sentarnos en el otro banquillo y ser quienes nos preguntamos una y otra vez:

“¿Por qué se comporta así?”

“Si estábamos bien, ¿por qué me hace esto ahora?”

“¿Por qué no termino de sentir que tenemos un vínculo importante?”

Estas son algunas de las interrogantes que nos hemos hecho en al menos una vez dentro de alguna relación amorosa o relación de amistad, e incluso de familia.

Cuando creamos un vínculo afectivo con otra persona, sus actitudes, lo que dice y sus comportamientos pueden tener un impacto muy grande en nosotros.

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En este sentido, estoy segura de que saber cuáles son los tipos de apego emocional te puede ayudar muchísimo a identificar el tuyo, a entenderte mejor y a hacer los cambios que consideres necesarios.

Además, también te puede ayudar a identificar el de las personas con las que tienes algún tipo de relación y puede darte mucha claridad para saber por qué se comportan de cierta manera y quizá a empatizar con ellas.

Para esto, voy a estar apoyándome en la información proporcionada por Félix López Sánchez en su libro Amores y desamores: procesos de vinculación y desvinculación sexuales y afectivos, un libro que les recomiendo mucho.

Aunque también recomiendo leer los aportes de John Bowlby, Mary Ainsworth y Mary Main sobre la teoría del apego.

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Diferencias entre apego y dependencia

Lo primero que debemos saber es que el apego y la dependencia emocional no son lo mismo.

Este es un error recurrente en el que yo también caí alguna vez, pero que es mejor que aclaremos cuanto antes:

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es un patrón psicológico que si bien puede ser resultado de uno de los tipos de apegos, no es lo mismo que el apego.

Cuando hay una dependencia por un objeto, una persona o una relación, se cree que no somos NADA sin eso.

  • Hay una EXTREMA demanda de atención y de afecto.

  • La persona se percibe con muy poco valor.

  • La persona tiene una visión IDEALIZADA E IRREAL de su pareja, objeto o de la persona con quien ha desarrollado esa dependencia.

  • La persona tiene la creencia de que su vida carece de sentido sin esa persona u objeto.

  • Tiene la creencia de que no puedes encontrar felicidad o seguridad por sí mismo, sin la otra persona.

  • Miedo persistente y a veces obsesivo al rechazo.

  • Necesidad constante de sentirse seguro.

  • La responsabilidad afectiva del otro es VITAL para esa persona.

¿Qué es el apego?

El apego es un mecanismo que utiliza un niño o un bebé para sentirse seguro o inseguro, dependiendo del estilo de apego, en situaciones de amenaza y vulnerabilidad.

Como lo ves, el apego tiene un rol muy importante en el desarrollo de una persona porque sienta las bases de cómo ese niño va a relacionarse o vincularse de manera afectiva con su entorno.

Y es que ese vínculo afectivo que se genera entre la madre y el hijo, o entre el cuidador primario y el niño, tiene un impacto directo en el desarrollo psicológico del niño y determina la personalidad que va a desarrollar como adulto.

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¿Cuáles son los tipos de apego emocional?

Hay cuatro tipos de apego y se van desarrollando desde que nacemos, desde que somos unos bebés dependientes, hasta la infancia temprana.

Se desarrolla del vínculo que hay entre el cuidador primario (padres, abuelos, tutores…) y el niño.

1. Apego seguro

El apego seguro se caracteriza por la incondicionalidad.

Es decir, el niño que ha desarrollado este apego sabe que su cuidador no le va a fallar.

Evidentemente es el tipo de apego emocional ideal, es un tipo de apego sano que conviene desarrollar durante la niñez.

¿Cómo se fomenta este tipo de apego?

  • Durante tu niñez te sentiste querido.

  • Te sentiste aceptado.

  • Te sentiste valorado.

  • No sentiste necesidad de más atención.

  • Recibiste el balance correcto entre la atención que necesitabas y un espacio libre para crear tu independencia.

Evidentemente, al crearse este vínculo de confianza, el niño no siente que le van a abandonar y crece con muchas probabilidades de ser un adulto seguro.

En este sentido, el niño entiende que cuando la persona que le cuida no está allí; no significa que algo malo vaya a pasar.

Los adultos con apego seguro tienen mayor facilidad en relacionarse y en confiar en otras personas.

Esto por supuesto tiene una repercusión SÚPER positiva en las relaciones amorosas porque no se crea un vínculo de dependencia.

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2. Apego ansioso-ambivalente

El apego ansioso y ambivalente viene de sentimientos contrapuestos o acciones contradictorias.

Esto quiere decir que los padres o cuidadores primarios del niño enviaron señales mixtas durante su crianza.

  • En algunos momentos le dieron TODO lo que el niño necesitaba y en otros momentos no atendían sus necesidades básicas de atención.

  • En algunos momentos cubrieron las necesidades emocionales y más y en otros momentos simplemente no estuvieron para el niño.

  • Los cuidadores suelen tener cambios de humor bruscos y constantes, lo que hace que el niño no sepa muy bien qué esperar de ellos o cómo comportarse ante ellos.

Como ves, es diferente al apego seguro porque lejos de darte la atención necesaria y tu espacio para ser, lo que han hecho es crear un desbalance y una sensación de inestabilidad en el niño.

Características de una persona con apego ansioso:

  • Sensación de ansiedad e incertidumbre en sus relaciones.

  • Tendencia a sentirse abandonado.

  • Le cuesta expresar sus emociones.

  • Espera que los demás expresen sus emociones hacia él o ella.

  • Le cuesta abrirse a una persona.

  • Pero, cuando lo hace, puede experimentar dependencia emocional.

3. Apego evitativo

El tercer tipo de apego se trata del apego evitativo.

¿Cómo es el apego evitativo?

Se desarrolla cuando los cuidadores directos de un niño no han generado una sensación de seguridad en él.

En consecuencia, el niño crece sintiendo que no puede contar con nadie.

  • Los padres o cuidadores no le acompañaron a desarrollar una personalidad autosuficiente.

  • Los encargados de su crianza fueron personas que se mostraban distantes emocionalmente.

  • Los cuidadores atendían necesidades físicas como alimentarle, bañarle y darle otros cuidados pero rechazaban las emociones del niño porque no sabían cómo calmarlas o satisfacerlas.

  • Los cuidadores se mostraban perturbados, asustados, nerviosos, ansiosos o inseguros ante las emociones del niño.

En consecuencia, esta persona creció reprimiendo sus emociones, sin saber cómo regularse y con una profunda desconexión emocional.

¿Qué es la desconexión emocional?

Implica que ha aprendido que, para no ser rechazado, debe dejar de demostrar sus emociones e incluso deja de sentirlas.

Características de un adulto con apego evitativo:

  • Se muestra frío como mecanismo de defensa.

  • Evita establecer lazos de confianza y de intimidad con otros para no tener que preocuparse por una posible separación.

  • Aparente autosuficiencia y seguridad en sí mismos.

  • Dificultades para sentir, identificar, y expresar sus emociones.

  • Negados a la vulnerabilidad.

  • No saben ser auténticos y coherentes consigo mismos y sus deseos.

  • Pasan con prisa por procesos dolorosos y traumáticos.

  • Minimizan la importancia de las relaciones con otros y sus pérdidas.

  • En el fondo se sienten poco queridas y valoradas.

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4. Apego desorganizado

Este tipo de apego emocional, el último de la lista, viene siendo una mezcla entre el apego ansioso y el apego evitativo.

  • Los cuidadores actúan de manera desorganizada, es decir que son imprevisibles e impredecibles.

  • El vínculo entre el bebé y el cuidador puede resultar amenazante.

  • El cuidador es agresivo, violento, y abusa o maltrata al niño.

  • El niño NECESITA del cuidador, por lo que se mantiene a su lado a pesar de la agresión.

  • El niño normaliza la agresión.

  • El niño reprime el miedo y empieza a desconectarse de ese sentimiento porque no puede hacerle frente al peligro y sus consecuencias.

  • Por lo general, los gritos, señales de alarma o pedidas de ayuda suelen generar conflicto y agravar las consecuencias, por eso el niño entra en parálisis.

  • El niño tiende a disociarse y, de esta manera, pierde el contacto con la realidad, lo que tiene graves consecuencias en su desarrollo psicológico.

  • El niño puede destruir juguetes y otras cosas.

  • El niño presenta reacciones impulsivas.

Como ves, este tipo de apego puede ser mucho más grave y, en consecuencia, puede dejar secuelas mucho más profundas en esa persona que crece convirtiéndose en un adulto inaccesible para otros.

Características de un adulto con apego desorganizado:

  • Tiende a tener problemas de ira.

  • No se siente querido.

  • Frustración constante.

  • Siempre están involucrados en conflicto, normalmente son quienes lo inician.

  • Ponen una GRAN barrera en las relaciones interpersonales.

  • Están siempre a la defensiva porque asumen que serán agredidos por los demás.

  • Evitan o rompen relaciones con demasiada frecuencia.

  • No tienen noción de respeto por otros.

  • Se saltan los límites de los demás y NO saben recibir los límites de otros, lo ven como rechazo.

  • Se vuelven personas inestables y poco predecibles.

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Es IMPORTANTÍSIMO que sepas que SIEMPRE puedes cambiar y tienes TODO el derecho de hacerlo.

Todos tenemos el poder de cambiar y encaminarnos hacia un apego seguro.

Espero que esta información te sirva como punto de partida para poder entenderte y entender al otro, comprender de dónde vienen ciertas conductas y saber qué es lo que hay que empezar a trabajar y a sanar.

No se trata de juzgar nuestro pasado y a nuestros cuidadores, mucho menos de quedarnos ahí, es momento de mirar hacia adelante y hacernos responsables de nosotros mismos y de los vínculos que formamos en nuestra vida adulta.

Esto es posible desde el análisis interno más honesto.

No dudes en contactarme en caso de que algo de esto haya resonado contigo o de que sientas que hay algo en ti que necesita trabajarse, como tu autoestima y la forma en la que te percibes.

¡Estás a un paso de mejorar tu vida!

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