7 herramientas eficaces para lidiar con pensamientos negativos e intrusivos
Los pensamientos negativos son tan intrusivos como una mosca que se cuela a la casa y da vueltas por todos lados, o los mosquitos que nos rondan el oído justo cuando estamos a punto de quedarnos dormidos.
En muchos casos puede ser una auténtica pesadilla.
Estos pensamientos son automáticos, simplemente aparecen, y dan la sensación de que son incontrolables.
Pero, por fortuna, siempre tenemos el control; solo debemos aprender cómo conectar con él.
Así que esta vez voy a compartir contigo 7 herramientas eficaces para lidiar con pensamientos negativos e intrusivos y así recuperar nuestra paz mental.
Spoiler alert!:
No se pueden eliminar los pensamientos negativos
Cuando estamos experimentando estos pensamientos negativos frecuentes, es normal que lo primero que hagamos sea ir a google y buscar:
¿Cómo eliminar pensamientos negativos?
Pero no es tan simple como eso y no hay una fórmula mágica, lamentablemente.
Ojalá la hubiese.
Sin embargo, como te adelanté en el título, sí hay herramientas que nos pueden ayudar a lidiar con ellos e incluso atajarlos temprano y a transformarlos y compartiré contigo 7 de ellas que me han funcionado a mí.
Pero antes me gustaría compartir contigo algo que he aprendido en todo este tiempo, y es que cuando intentamos forzar nuestra mente a que “elimine” esos pensamientos negativos, lo único que logramos es meterlos debajo de una alfombra.
Con esto lo que lograremos es que se multipliquen, se intensifiquen y salgan en el momento menos adecuado, como cuando estamos a punto de tomar una decisión muy importante.
Lo que necesitamos es detectarlos, entender por qué están ahí y así volver a nuestro estado de calma.
Herramientas para lidiar con pensamientos negativos:
1. Hacer una actividad que te recuerde que estás vivo
Podemos darle calma a nuestra mente a través de una actividad que nos recuerde que estamos vivos.
Por eso, se recomienda tanto la meditación, ejercicios de respiración, sentarte en silencio y este tipo de actividades que nos ayudan a conectar con el momento presente.
Pero no necesariamente tiene que ser solo esto.
Puede ser cualquier cosa que te guste, que te haga sentir vivo, que te recuerde que estás bien aquí y ahora y que te haga sentir calma.
Algunas opciones pueden ser:
Dibujar.
Pintar con acuarela.
Escribir.
Cocinar.
Scratch art.
Bailar.
Correr.
Practicar algún deporte.
Tocar algún instrumento.
Montar bici.
Salir a caminar al aire libre.
Lo que sea que funcione para ti.
Eso es lo maravilloso de los seres humanos, que todos somos únicos y tenemos una manera única de crear ese espacio que nos hace sentir bien.
Así que mi invitación es a que explores hasta conseguir el o los tuyos.
2. Aborda estos pensamientos cuando te sientas en calma
Contrario a lo que se pueda pensar, la solución NO es huir de los pensamientos intrusivos.
La idea es abordarlos y hacerles frente.
Sin embargo, es importante que lo hagamos cuando hemos conseguido llegar a un estado de calma.
Dentro de la misma emoción, es poco lo que podemos hacer pero fuera de ella podemos analizar ese pensamiento que nos está generando ansiedad y rabia, y allí nos podemos concentrar en buscar una solución para esta situación.
¿Hay algo que pueda hacer al respecto?
¿Cómo puedo actuar ante esto que me está afectando?
¿Está bajo mi control?
¿Qué está en mis manos hacer?
Estas son algunas preguntas que nos podemos hacer alrededor de esos pensamientos negativos, que nos pueden llevar a una conclusión fructífera.
3. Desmitifica el pensamiento
Muchas veces se trata de escenarios o situaciones que solo existen en tu cabeza y que no están sucediendo en realidad.
Por ejemplo, “me dijo tal y tal cosa pero realmente me quiso decir tal cosa porque siempre le he caído mal”.
Todo lo que asumimos, no está pasando en realidad.
El hecho es uno y nuestra interpretación es la que le pone un peso adicional que nos hace daño.
¿Realmente quiso decir eso?
¿Cómo podemos estar en la cabeza de la otra persona para saber lo que REALMENTE quiso decir?
Muchas veces estamos buscando complejidad donde no la hay y nos quedamos con un montón de sensaciones, pensamientos y emociones negativas que afectan negativamente nuestro bienestar mientras el mundo sigue girando igual.
Y si definitivamente estás seguro de que las cosas son tal y como las piensas, entonces lo mejor es preguntar directamente y abrir un espacio de comunicación antes de asumir.
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4. Identifica tus detonantes
Aunque a simple vista lo parezcan, no suelen ser cosas aisladas, es por eso que es importante que pongamos una lupa en nuestra vida y analicemos qué es eso que nos está afectando y que nos está trayendo estos pensamientos negativos.
¿Es una relación que tenemos?
¿Una situación de estrés continuo en nuestro trabajo?
¿Es por dejar ciertas cosas para última hora?
¿Es por que estamos durmiendo mal?
¿Se disparan cada vez que frecuentamos a cierto grupo de personas?
¿Estamos dedicando demasiado tiempo a mirar la vida perfecta de otros en redes sociales o le estamos poniendo demasiado peso a lo que opinan los demás de nosotros en las redes?
Dedícate a mirar hacia dentro y estoy segura de que darás con la respuesta a de dónde vienen esos pensamientos negativos que invaden tu cabeza.
Solo hay que estar atentos.
Imagina que estás acostado en cama y estás tranquilo, en calma, y de repente empiezas a recordar esa discusión que tuviste con tal persona, lo que te dijo, lo que no dijiste, lo que te hizo sentir.
Ese puede ser un detonante, esa relación, algo que hay que hablar, un tema que hay que resolver y lo estás posponiendo.
5. Actúa frente a los pensamientos negativos
Entonces, ¿cuál es la solución?
Hacer algo al respecto una vez que hayas identificado cuáles son tus detonantes.
Establece esos límites.
Propicia una comunicación honesta y abierta con esa persona.
Pon distancia a esa persona.
Limita tu tiempo en redes sociales.
Cultiva tu tiempo personal.
Y sé que puede sonar más fácil de lo que es, pero se trata de dar pequeños pasos que poco a poco minimicen la aparición de estos pensamientos negativos y que nos permitan lidiar mejor con ellos.
Tú sabes qué puedes hacer hoy, qué está en tus manos.
6. Aprende a identificar las señales que te da tu cuerpo
El lenguaje corporal es una herramienta muy poderosa y te puede ayudar muchísimo a aprender a identificar qué sensaciones hay en tu cuerpo cuando tienes este tipo de pensamiento intrusivos negativos.
Algunas pueden ser:
Apretar la mandíbula.
Boca seca.
Palpitaciones rápidas.
Fruncir el ceño.
Comerte las uñas.
Temblar las piernas.
Mover el lapicero o morderlo.
Arrugar un pedazo de papel.
Sientes que el ojo te titila.
Cuerpo tenso.
Sensación de alerta.
Todos estos gestos, todos estos actos físicos, todas estas señales de lenguaje corporal nos dicen que algo no está bien y nos dicen que nuestra mente se está enfocando en algo que no nos hace sentir bien.
Aprender a reconocerlas e identificarlas nos permite saber cuándo es momento de detenerse.
En ese caso, te recomiendo:
Respirar profundo al menos 5 veces.
Hacer una actividad que te de calma, al menos por un par de minutos.
Vaciar los pensamientos en papel.
No intentes ignorarlo, al final lo esto hará es aumentar los pensamientos y a intensificar los síntomas.
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7. Pide ayuda
Por favor, no dudes en buscar ayuda con esa persona a quien puedes confiarle cómo te sientes de verdad.
A veces creemos que no tenemos a nadie que nos pueda entender o a quien acudir en este caso, pero siempre hay alguien que te quiere tender la mano. Intenta identificar quién es esa persona, si es alguno de tus amigos o de tus familiares.
No busques ser el héroe que puede con todo solo, hasta los héroes necesitan de un confidente.
Y es que a veces, aunque tengamos identificada a esa persona, pensamos que los vamos a molestar o simplemente no queremos preocupar a nuestra pareja, amigos o familia, pero créeme que esta posición no te ayuda en nada.
Piensa que si ellos necesitaran tu ayuda, tú seguramente estuvieras para ellos automáticamente.
Si al final descubres que verdaderamente no cuentas con ese apoyo, con ese espacio seguro, o si cuentas con él, pero sientes que necesitas ayuda profesional, debes saber que no existe NINGÚN tipo de vergüenza en buscar ayuda profesional.
Por el contrario, es una de los actos más sabios, valientes, compasivos y de amor que puedes hacer por ti.
Nadie mejor que un profesional para escucharte, darte ese espacio seguro y además darte herramientas para afrontarlo de manera saludable.
Si crees que es momento de pedir ayuda, no dudes en contactarme. Me encantaría acompañarte y apoyarte en la transformación de pensamientos negativos y a llevar una vida más pacífica y auténtica con alguno de mis programas de coaching online.